viernes, 31 de enero de 2014

Martín San Martín San

En el monumento al Encuentro de Bolívar y San Martín. Guayaquil.
Cuenta la leyenda familiar que al nacer me iban a llamar Martín Guevara Marino, en honor a dos de nuestros próceres. En ambos casos, a pesar de ser de nacionalidad argentinos, sus más grandes batallas libertarias fueron en otros países.  Uno de los nombres no prosperó por tratarse de un apellido, pero si quedó en mi DNI el del padre de la patria.

Realicé mi primaria en la primera mitad de los años 80, así que este personaje sólo era el del caballo blanco que cruzó los andes. Dicho sea de paso, me gustaba mucho dibujar los caballos del cruce, aunque alguna vez pinté algunos de color verde, pero esa es otra historia.
Entré a la secundaria en un colegio industrial de aquel viejo Conet, hoy desaparecido por el neoliberalismo. Algunos se acordarán como se daban las materias humanísticas en esa época y de sus programas. Recuerdo a mi profe de Historia llamada Giacometti, decíamos que daba la materia en primera persona por todos los años que tenía. Usaba un guantecito para escribir en el pizarrón porque era alérgica a la tiza… quedémonos con esa anécdota y mejor ni hablemos de cómo daba la materia. La recuerdo mucho por el hecho de que me la llevé todos los años que solo fueron tres, porque al cuarto empezaba la especialidad.
Así que mi niñez y adolescencia ni noticias de lo acontecido años atrás en mi país, en América o en el mundo. Luego viene la música, el conservatorio, el dibujo, el arte y el bichito de saber qué pasó antes, empezar a conocer del Medioevo, el Clasicismo, Romanticismo, Impresionismo, etc. Así, me empiezo a interesar y a apasionar por el revisionismo histórico y comienzo a conocer a los verdaderos Héroes de la Patria y de Nuestra América. Vuelvo a descubrir y a enamorarme de San Martín, Belgrano, Castelli, Moreno, Bolívar, Sucre, O'Higgins, Martí, por solo nombrar a los que motivan estas líneas.
Hoy recorro América latina y el Caribe, y me encuentro más cerca de estos personajes. Me emociona seguir las huellas de aquel hombre por el que eligieron mi nombre. Encontrarme en el Perú que liberó o estar en la esquina de Pichincha y 9 de Octubre, donde se produjo su encuentro con Bolívar, a sólo metros del monumento en el malecón de Guayaquil. Se me eriza la piel cuando piso ese sitio.
No importan las especulaciones sobre dicho encuentro, ya sea por parte de Sanmartinianos o del lado de los Bolivarianos, lo que importa es esa sensación que me recorre al saberme tan cerca de nuestra historia, de aquella que nos fue negada a los y las de mi generación. Hoy re descubriéndola en carne propia, en los lugares donde se produjeron los hechos trascendentes y en estos tiempos en los que se construye, con esfuerzo y día a día, el sueño de esos hombre y mujeres, el de la América unida.
Esto recién empieza: la búsqueda, el aprendizaje, el conocerme, enriquecerme... Esto no para más.

SEAMOS LIBRES QUE LO DEMÁS NO IMPORTA NADA! 

Monumento en Malecón 2000, Guayaquil, Ecuador.
Ellos

Ese encuentro. Esa esquina hoy.


Plaza República Argentina, Quito, Ecuador.

Collar de la Orden del Libertador San Martín. Regalo de Cristina a Rafael Correa, en su visita a Ecuador en 2008.



No hay comentarios. :

Publicar un comentario