La Cigarra latinoamericana: Nuestros días en el campo serrano de Cuenca, Ecuador

martes, 17 de diciembre de 2013

Nuestros días en el campo serrano de Cuenca, Ecuador

Con Jaime, camino a ordeñar en Parcoloma, Ecuador

Amanecer en los claros oscuros de las sierras verdes de Ecuador, que por estos días rebalsan de verde y de gotitas de lluvias frescas, suaves y finitas, es comparable a lo que sigue: un desayuno de leche recién ordeñada con café bien calentito.

La jornada de trabajo empieza y una familia de la comunidad Parcoloma en Tarqui se levanta bien temprano. Ella ordeña sus vaquitas por allí lejos, donde el camino se aplana para darle lugar a los pastizales que riega con primor cada vez que las vacas toman su agüita con cema. Él prepara sus instrumentos de música que le ofrecerá al contingente que en horitas nomás visitarán la casa y conocerán el modo de vida de una familia del campo serrano, sus costumbres, su música, sus alimentos, en fin: sus medios y modo de vida. Algunos de los hijos, los que viven cerca de la casa familiar, colaboran en los preparativos para el recibimiento del grupo. Se trata de un emprendimiento turístico bien arraigado en las costumbres serranas. La canelita: agua ardiente de algunas hierbas, da la bienvenida para atravesar el frío de esta época de lluvias entre montañas. El fuego en la cocina no cesa, y así los granos de mote, las habas, el arroz y variedad de verduras y hortalizas van cobrando aroma y sabor. En los jóvenes, los sueños y proyectos son moneda corriente, sonríen y con esas ansias de conocer planean sus próximos viajes. Es el caso de Jaime, un joven de tan solo 24 que proyecta salir prontito de viaje para aprender las técnicas diversas de la bioconstrucción. Su deseo: vivir sencillo, en su campo natal. En esa casita que tras ensayo, error y muchos aciertos, va construyendo con adobe, maderas y mucha creatividad en los colores que va logrando con los pigmentos que su entorno le ofrece.